Mientras todo se bifurcaba en distintas direcciones, la mente de Patagón seguía firmemente una línea imaginaria. Su cuerpo pequeño, pero a la vez fornido, lo dejaba excluido de ciertos lugares sociales en donde las rebeliones colectivas se iniciaban estrepitosamente. Por eso mismo, siempre tuvo la gran idea de iniciar su propia rebelión individual…
Patagón vivió en una situación muy extraña desde que nació. Su madre, una mujer pálida, pelirroja, delgada y de estatura normal, dio a luz al niño detrás de la carpa de un circo. En ese momento su padre, un enano barbudo con problemas de peso, terminaba de dar su show en el circo a velocidad doble y con más transpiración de lo normal. […]
jueves, 10 de diciembre de 2009
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