Al fin calló la ultima pieza que pendía de un hilo en lo que hoy suelo llamar mi rincón de neo-escritor precoz. Un fragmento sustancial y totalmente necesario. Acá va:
“ Comienzo la apertura de este fragmento mencionando dos cosas:
1. Lo poco elocuente que soy ante estas situaciones.
2. No siempre somos lo que creemos ser pero siempre tenemos un pensamiento fuerte imborrable que marca lo que somos (no aplicable al punto uno).
Una vez mi cabeza gritó y por dentro todavía sigue vibrando el conjunto de palabras “libertad de expresión”. Fue hace más o menos 3 meses y poco a poco fui tomando letra por letra hasta obtener las palabras enteras.
Siempre creí ser una persona fuerte y a la vez débil, realmente no sé que termine resultando, pero con el paso del tiempo descubrí que no se necesita seguir un guión cerebral si alguien esta dándote la mano. Es mejor nadar en un mar con corriente y dejarse llevar que nadar en una laguna estancada y sin desembocaduras.[…]”
martes, 24 de febrero de 2009
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